Foro de la Semana Santa de Lorca - Fiesta de Interés Turístico Internacional
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Un pregón entre Jordania y Egipto, escenarios de la Semana Santa Lorquina

El embajador Antonio López ensalzó la Lorca «de la cortesía, del respeto, de la diversidad, pero no excluyente» El lorquino hizo un recorrido por los escenarios vividos durante su niñez con un padre blanco y una madre azul



RECUERDOS Y ANÉCDOTAS. El pregonero, Antonio López Martínez, durante su alocución en el estrado del altar mayor de la Colegiata. / PACO ALONSO / AGM


«Una vez más, mi pueblo me ha puesto en un aprieto. Hace diez años me pidió pregonar las fiestas de Moros y Cristianos. Diez años después, el Paso Azul, con el beneplácito del Blanco y del resto de cofradías, lo que me honra sobremanera, me pide que lea el pregón de la celebración histórica, bicentenaria ya, que da a Lorca una de sus señas de identidad más reconocibles». Así comenzaba anoche, en la Colegiata de San Patricio la exaltación de la Semana Santa de Lorca el embajador de España en Egipto, el lorquino azul Antonio López.

Lo hacía después de ser presentado por la pregonera del año anterior. «Me honra suceder en esta tribuna a Marita Arcas Campoy, que es no sólo una blanca hermosa, sino también una docente universitaria que ejerce una profesión intelectual de gran mérito», aseguraba el pregonero desde la tribuna en el altar mayor.

Ambos, «compartimos, ella desde la ciencia y la investigación, y yo desde la diplomacia y las relaciones culturales, una misma pasión y afición por ese mundo árabe y musulmán, tan incomprensible e incomprendido para muchos y, sin embargo, tan cercano», afirmaba el pregonero.

En su relato hizo mención a los lugares en que ha residido en los últimos años. «Llevo siete años viviendo, entre Jordania y Egipto, en unos escenarios para nada ajenos a lo que la Semana Santa representa y a lo que nosotros representamos en nuestra Semana Santa». Desde ese emplazamiento diplomático, oficio que aseguró le ha procurado «muchas satisfacciones personales y profesionales» hizo un llamamiento a la «comprensión», a una «mayor cooperación entre gobiernos», impulsando las relaciones «diplomáticas, culturales, económicas y comerciales entre España y los países árabes».

Guerras y batallas

En sus siete años en esos territorios ha «visitado escenarios de guerras y batallas, de asedios y defensas», pero también ha vivido «momentos de recogimiento en mezquitas y en iglesias». De Jordania habló de Anjara, la Dama de la Montaña, la cueva donde María y su hijo recalaron en su camino de Galilea a Jerusalén. Del río Jordán; el monte Nebo, con sus vistas sobre el Mar Muerto; y el santuario de Lot, «erigido junto a la cueva donde vivió con sus hijas después de que su impaciente e incrédula esposa se convirtiese en estatua de sal».

«Vivo, como véis, en esa región de Oriente Medio, a la que llego con todo un bagaje adquirido en aulas y en libros pero cuyos elementos básicos, los que impactan y se graban en la memoria de un niño, los recibo desde mi infancia, precisamente en nuestra Semana Santa», dijo. Unos paisajes, lugares, personajes y episodios que han sido «pasados, revisitados», por la barroca, artística y apasionada «imaginación lorquina».

Los recorridos por esos lugares que ahora habita le han «retrotraído» a su infancia. «San Lázaro o el Calvario, se nos representaban como exactas copias de paisajes de Tierra Santa». Lo que para un turista normal que visita esas tierras santas y bíblicas «en las que yo ahora habito», es «atención constante y minuciosa», para cualquier «lorquino, blanco o azul, azul o blanco, colorao, morao, negro o resucitao al que le sale el orgullo de la patria chica de inmediato, todo eso, son cosa conocida, asimilada, vivida, como no es posible hacerlo más que en Lorca: en el marco de nuestra incomparable Semana Santa».

«Treses y Caretas»

En Lorca, «hablamos de tribus y dinastías, de gobernantes y pueblos, de reyes y emperadores, de reinas y profetisas, de dioses y faraones, de señores y de esclavos... de centurias y legiones, de trompetas y tambores, de cuádrigas y caballos, de jinetes y amazonas, de tronos y de carrozas, de estandartes y de palios, de treses y de caretas, de gritos y de clamores... hablamos de todo ello como si fuera, como en realidad lo es, nuestro pan cotidiano, nuestra pasión encendida, nuestro secreto a voces, trazando, además, por encima del tiempo y de la historia, un arco casi infinito que une a Persia con Egipto, a Palestina con Asiria, a Roma con Babilonia, a Grecia con Bizancio».

Todo eso, lo «vivimos como nadie en nuestras procesiones». Es difícil, contó, «que nos crean, a los lorquinos, cuando contamos a extraños y forasteros cómo son nuestras procesiones. Yo he tenido que hacerlo muchas veces, y lo he hecho en español, naturalmente, pero también en inglés y en francés». Y así se las contó, en su día, «hace ya casi cuarenta años, a Nicole, mi mujer, que tardó bien poco en comprender esta locura nuestra y en adoptarla».

El embajador de España en Egipto recordó unas seguidillas, como las cuartetas, que su padre, Alejandro López Galindo, solía escribir, «y que tanto hacían sonreir a los que las escuchaban: El Paso más humilde / son los moraos / y de los más bonicos / los encarnados./ Anda salero / los azules y blancos / son los primeros./ Las fiestas abrileñas / de nuestro pueblo / son de las más famosas / del mundo entero. / No hya emociones / como las que procuran / las procesiones./».

Las procesiones, cómo las recuerda, qué recuerda de ellas, y como vivió el fenómeno binario ¯azul y blanco, blanco y azul¯ lo resumió diciendo que «recuerdo, ante todo, un padre blanco, pacífico, afable, discreto, lleno de afectos, modelo de resignación frente a la desoladora minoría en que se encontraba ante la poderosa ola azul que representaba mi madre y su familia (mis otras tías y primas, las Castellar, nada menos)».

Relató el «pleito de las mellizas» decidido en su favor: «al ser dos, la familia paterna reclamó una blanca. Pero como se trataba de niñas, siguiendo la tradición habían de ser azules, como la madre». Sobre su familia paterna explicó que «sólo compuesta por mis tías Bienvenida y Esperanza y mi vociferante pero inocente tío Jaime eran una muy escasa fuerza de apoyo a mi padre».

«Lo que se puso de manifiesto más adelante cuando se trató de hacer de mí un blanco digno de mi abuelo, Juan López Barnés, éste, al parecer, más combativo que su hijo Alejandro en esas lides procesioniles. Si tu abuelo levantara la cabeza, es lo que con cierta melancolía acertó mi padre a decirme cuando, con ocho o diez años, yo me atreví a romper las cadenas de la sacrosanta tradición».

Rivalidades y piques

De las rivalidades, de los piques, contó que «se olvidan con las respectivas recogidas de nuestras vírgenes en la madrugada del Viernes al Sábado Santo», y volvió a su familia para hablar de la perfecta armonía entre blancos y azules, azules y blancos. «Nuestras semanas santas en familia fueron modelos de tolerancia, convivencia, de buen humor, en perfecta armonía con las dos familias».

De sus recuerdos echó mano para hablar del Cristo Yacente, «en casa de Miguel Pinilla y Caridad Manzanera aquel Jueves Santo en que se dio la última puntada cuando ya estaba el Cristo casi debajo de los balcones». Y tuvo palabras de cariño para las bordadoras. «Vaya aquí mi rendido homenaje a nuestras bordadoras lorquinas, profesionales o aficionadas, cimas inalcanzables de buen hacer y de laboriosa paciencia».

Sus primeras procesiones, «por la antigua carrera», «los moraos» y los «coloraos», las «recogidas de banderas con las bandas tronando Las Caretas o El Tres», y la «impresionante Procesión del Silencio en el Barrio, donde en el recodo del Caballón escuché, sobrecogido, mi primera saeta», el «Paso Negro y el Resucitao», «rituales rigurosos como el del Vía Crucis de aneja tradición», consiguieron emocionar a los cientos de cofrades que acudieron al acto con el que se levanta el telón de la Semana Santa. Y terminó: «Salid ahora a la calle y pregonad vosotros también, que sois sus verdaderos protagonistas, la Semana Santa de Lorca».

fuente:la verdad






comentad aqui sobre el pregon que dio Antonio López, para las bandas ya hay otro sitio Wink


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LEEROS LAS NORMAS
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Pues no pude asistir, ya que estaba fuera tocando.

Pero si alguien lo escucho, me gustaria saber su opinion.....


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Saludos de un AZUL

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