LAS FRASES DEL PREGONERO
«Es la gran fiesta de Lorca con una simbiosis profunda de cultura y religión, con la Virgen de protagonista»
«Lorca se entrega toda entera cuando llegan sus procesiones y no hay corazón lorquino que no palpite de amor» «No se puede entender la Semana Santa sin la música, que entra por los oídos y conmueve el corazón» «El cortejo no es solo lo que desfila, es también un pueblo ardiente que aclama y vitorea desde las aceras» «Esta es una Semana Santa litúrgica y ritual. Todo está bien ordenado, sin absurdas innovaciones»
JOSÉ ANTTONIO ABELLÁN PREGONERO
«En el abanico de colores que rodea la Semana Santa destaco que Lorca es mucho blanca y mucho azul»
Insólito escenario, el recinto ferial de Santa Quiteria, para el pregón de la Semana Santa de este año, forzado por el cierre obligado, por terremotos, de todos los escenarios posibles. Insólitos también serán los desfiles bíblico pasionales que saldrán a la calle dentro de unos días que, se quiera o no, están marcados por las secuelas de los seísmos.
No fue nada insólito que el pregonero, el presbítero José Antonio Abellán Jiménez, que durante un reciente periodo de cinco años fue vicario episcopal en Lorca, reflejara en su intervención esa especial situación. «Esta es la primera Semana Santa que se va a celebrar después de los terremotos», para añadir que solo «un esfuerzo titánico, en la medida de las posibilidades, siempre escasas, hace posible que los cultos con que honramos la gloriosa Muerte y Resurrección del Señor no se interrumpan, y que la devoción a la Virgen nos haga tributarle con mayor convicción el homenaje de nuestro amor».
Abellán, que durante su estancia en Lorca también fue párroco de San Mateo, consiliario del Paso Azul y Mayordomo de Honor de la cofradía, abrió su pregón reconociendo que «no soy lorquino, es verdad, pero al venir a vosotros me hice lorquino en el alma y os amo profundamente, porque no sé hacerlo de otra manera. Lloré al irme de Lorca y solo así pude ablandar la tierra de mis raíces para poderlas sacar, pero a Lorca me la llevé grabada en el corazón y está siempre conmigo».
Recordó su experiencia de la Semana Santa lorquina. «Todos los Pasos me habéis abierto vuestras puertas y me habéis mostrado con ilusión secretos muy bien guardados. Todos conocemos la historia de las cofradías, sus actividades y los diversos elementos que se sacan en la procesión. Hablar de eso sería reiterativo por lo que he querido que el pregón se centre en la verdadera razón de esta Semana Santa».
El pregonero dijo que el «hilo conductor» de su intervención, «de lo que es razón y esencia de todo lo que hacen los Pasos, es el amor», se lo proporcionó Santa Teresita del Niño Jesús. «Sin el amor hecho fervor y derroche de energía no sería concebible la Semana Santa en Lorca». Para añadir después que «el amor lo quiere todo y lo entrega todo y por eso Lorca, cuando llega su Semana Santa se entrega toda entera».
La importancia de los cofrades
José Antonio Abellán, con ese hilo conductor, el del amor, estructuró un pregón con nueve cuadros. «La Semana Santa no es solo lo que se ve, es también lo que está oculto a muchos ojos». Y revisó la necesaria intervención de cientos de personas, electricistas, carpinteros, floristas, bordadoras... que se encargan de todo lo necesario para que la procesión pueda salir cada día a la calle. También recordó a quienes encarnan a los personajes del cortejo, a portapasos, etc.». «Es un sacrificio de horas, esfuerzo físico, tesón, responsabilidad, que exige trabajo y no hay dinero que pueda pagarlo».
Y más adelante afirmó que «la música, que suena incesante por las calles, es la expresión, con acordes y compases, de la belleza del amor que Lorca encierra en su corazón. No se entiende la Semana Santa sin la música». Para añadir, «oyes la música, sabes que viene tu bandera, sabes que detrás de ella van los tuyos y tú no puedes faltar». Y concluyó este cuadro con la afirmación de que «la música en Lorca es un sonido de amor que entra por los oídos y conmueve el corazón».
Abellán agregó otra estampa al señalar que «en Lorca la Semana Santa son flores, muchas flores, un mar de flores a los pies de la Virgen. Y en cada flor un beso, una muestra de cariño, un homenaje de amor, un tierno arrullo a la Madre. ¿No es así cuando se tiran los claveles a su paso? ¿Quién tira un clavel sin antes poner en sus suaves pétalos el embeleso de un beso. Las flores, en Semana Santa, son emisarias de amor».
Otro aspecto en el que se detuvo el pregonero fue lo que calificó como «clamor popular». Recordó momentos especiales como las Serenatas a la Virgen de los Dolores y a la Soledad, los cantos del Pueblo Hebreo y el fervor a la Virgen de la Amargura. «En Lorca la Semana Santa es un clamor incesante porque el cortejo no es solo lo que desfila en la carrera, es también el pueblo ardiente que aclama desde las aceras y que vive y se emociona y lanza vivas sin par cuando se sienta en los palcos». Y concluyó con la frase «¡Qué hermoso es oír en Lorca ese clamor del amor!».
Y el pregonero no se olvidó de las «recogidas», la de los azules en San Francisco, la de los blancos en Santo Domingo. «Son dos coros los que aclaman, cada uno a su compás. Es todo un pueblo vibrando. La procesión no se acaba hasta que la Virgen llegue a colocarse en su sitio, y nunca lo va a hacer sola sino con todos sus hijos que la quieren rodear».
«La Semana Santa de Lorca es profundamente litúrgica y ritual. Todo está bien ordenado y se repite año tras año sin absurdas innovaciones», dijo también el pregonero para relatar los actos litúrgicos que se desarrollan en todas las cofradías. También habló de la emotividad de las Salves. «Lorca te entrega en liturgia, al llegar la Semana Santa, su vida llena de amor».
Una fiesta peculiar
El pregonero pasó al aspecto de convivencia festiva de estas fechas porque «en Lorca la Semana Santa es fiesta muy peculiar. Es la gran fiesta de Lorca con una simbiosis profunda de cultura y religión. A los hogares lorquinos vuelven los que se habían ido y celebran el encuentro de los lazos de la sangre». Y añadió que «Lorca es acogedora y nadie se siente extraño» por lo que no se trata de «una fiesta elitista, es de todos y para todos. Nadie se excluye, a nadie se le echa, todos se saben invitados y todos participan, cada uno en su lugar, en esta fiesta del amor».
Y llega casi al final de su pregón cuando Abellán puntualiza que «Lorca es de la Virgen. De todas las imágenes de María que inundan el fervor de esta ciudad hay dos por antonomasia, nadie se puede ofender: la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Amargura. No he dicho nada que vosotros no sepáis. Cuando pasa la Virgen todos, sin distinción de colores, la miran con devoción y aplauden su cortejo». Son momentos de delirio que se plasman en gritos y frases de enorme profundidad porque «a la Virgen María entrega Lorca todo su filial amor».
Antes de terminar, el pregonero hizo referencia a los terremotos sufridos por la ciudad y los enormes destrozos en iglesias, edificios nobles y viviendas, la gran cantidad de familias sin hogar, obligadas muchas de ellas a un éxodo forzoso, a los heridos y a los fallecidos. «Fueron momentos terribles, muy terribles. Hemos aprendido que no hay nada firme en este mundo y que todo se pasa, es verdad, pero hemos aprendido algo más grande: que lo que verdaderamente construye la vida humana es el amor. Si Lorca cayó por los terremotos, el amor a Lorca y por Lorca la ha empezado a levantar».
Y añadió después que, cuando la Virgen salga a la calle dentero de unos días «va a salir acompañada por el cortejo de todos aquellos a los que el terremoto ha herido seriamente, no lo podemos olvidar. Cuando su sagrada imagen salga, todas las miradas de los hijos de Lorca se dirigirán hacia ella buscando con más insistencia amparo, consuelo y esperanza».
Y un mensaje directo a los dirigentes de las cofradías. «Permitidme que os sugiera que incluyáis en vuestros presupuestos, de aquí en adelante, una partida destinada a ayudar a los necesitados, que hoy sois vosotros mismos, los lorquinos, y mañana no sabemos quien».
Y de vuelta a la procesión, Abellán insistió en que esta será una Semana Santa especial y «estoy seguro que más santa que otras veces en cada hijo de este pueblo, porque esta es una Semana Santa de amor».
Para finalizar José Antonio Abellán dijo que «he querido pregonar el calor que en estos días arropa a Lorca. He querido despertar lo que nunca está dormido: el cariño más sincero a la Reina de los Cielos y, aunque he tocado el abanico de colores que rodea la Semana Santa, destaco, porque es bien cierto, que Lorca es mucho, mucho blanca, y es mucho, mucho azul».
Fuente La Verdad
Ultima edición por mulaco el Sab Mar 24, 2012 10:59 am; editado 1 vez
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