La brigada retirará más de 250 toneladas de restos producidos por el desplome de los tejados en las últimas semanas Ventanas y techos serán sellados para evitar su degradación
El desescombro del antiguo hospital San Juan de Dios, en la calle Nogalte y Cuesta de San Francisco, se inició ayer mañana. Una decena de obreros llevan a cabo las labores de retirada de los escombros producidos por el desplome de los tejados en las últimas semanas. Los obreros van provistos de mascarillas, guantes y cascos en prevención de que se produzcan nuevos derrumbes.
Se calcula, según los datos iniciales recabados por los técnicos, que en los próximos días podrían retirarse más de 250 toneladas de restos de tejas, piedras, cañas, maderos y mobiliario y otros enseres que se almacenaban en las habitaciones del antiguo hospital. La mayor cantidad de restos aparece en la última planta, donde los operarios están trabajando a cielo raso como consecuencia de los hundimientos producidos pocos días después de la Semana Santa.
Allí, es de uso obligado el casco, para prevenir nuevos derrumbes. Todos los técnicos van provistos de guantes y mascarillas, ya que el movimiento de los escombros está produciendo nubes de polvo que hacen casi imposible la visión en algunas de las salas. En las primeras horas se ha concluido prácticamente la retirada de restos en las habitaciones de la primera planta.
Donde se trabaja con más dificultades es en la segunda, donde es casi imposible adentrarse en algunas salas que aparecen repletas de piedras y tejas. Se calcula que las labores podrían estar concluidas en las próximas semanas, según señaló a La Verdad el gerente de la empresa municipal de limpieza, Limusa, Santos González, quien explicó que es una «empresa especializada» la que lleva a cabo las labores.
La misma compañía será también la que se encargue de proceder al cierre y sellado de puertas y ventanas. Ello evitará que continúe el deterioro del edificio. «Se van a realizar unas obras de urgencia para evitar que continúe entrando el agua cuando llueve, y que puedan adentrarse animales que generan basura», añadió el responsable de Limusa.
El siguiente paso será el traslado del cuadro eléctrico que se sitúa en la segunda planta y en cuyo interior incluso había un nido de palomas. La infraestructura eléctrica está previsto que sea trasladada a un piso inferior para evitar que se produzcan cortocircuitos y un posible incendio. La orden la dio el propio alcalde, Francisco Jódar, al conocer el estado que presentaba el edificio.
Los próximos pasos a seguir serán la realización de un proyecto que contemple las distintas fases de rehabilitación de todo el inmueble.
La puesta en valor del monumento fue una de las peticiones formuladas por el máximo dirigente del Paso Azul al presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, durante la visita que realizó al Palacio de San Esteban hace algunas semanas. El proyecto podría estar en breve.
CON MASCARILLAS. Dos obreros retiran muebles y otros enseres de la primera planta. / P. ALONSO / AGM
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