Carta Abierta de José Antonio Ruiz Sánchez. Presidente del paso azul de Lorca

Nuestra querida ciudad de Lorca ha destacado a lo largo de los siglos por contar entre sus vecinos con numerosos personajes ilustres, nombres que han engalanado la ciudad con su cohabitar entre nuestras calles. Y, siendo de Lorca, estos hombres y mujeres ilustres han integrado nuestras cofradías de Semana Santa, como no podía ser de otra forma.
El Paso Azul ha tenido la suerte de contar con azules de una gran calidad humana, personas trabajadoras y eficientes, que lo han dado todo para engrandecer nuestra Hermandad de Labradores y, por ende, nuestra ciudad. Pero en las últimas décadas ha habido un azul ilustre que, quizá por su enorme tamaño moral, ha eclipsado a tantos azules excepcionales. Este azul ilustre que durante los últimos cincuenta años ha impartido su magisterio azul, sí, pero humano también, es, ¿cómo no?, Don José María Castillo- Navarro.
Durante estos últimos días, José María ha vuelto a saltar a la primera fila de la sociedad lorquina, fila que por méritos propios siempre debería ocupar, con un magnífico congreso que hace honor a quien ha escrito alguna de las mejores páginas de la narrativa lorquina, y española del siglo XX. Los méritos literarios de Castillo- Navarro son tan obvios que extraña que nunca antes una convención así se haya celebrado en nuestra ciudad. Se le hace pues justicia a un ilustre entre los ilustres en un año tan señalado para él, puesto que celebra su ochenta cumpleaños.
José María logró la inmortalidad con la palabra en el tiempo de su obra literaria, es cierto, pero también logró adentrarse en la eternidad con su ejemplo de azulismo, que jamás podrá ser borrado de la mente de los azules. Porque para José María, por encima de todo han estado siempre la Virgen de los Dolores y el Paso Azul, su Paso Azul, por el que tanto ha hecho y que tanto le debe. Y es que ni su triunfal carrera literaria ni su calidad humana han logrado eclipsar nunca su azulismo.
Quien dijo hace ya algún tiempo que ser Presidente del Paso Azul era más importante que ganar el Premio Nobel hizo gala una vez más de su amor a este Paso, durante la inauguración del Congreso que estudia su figura. Cuando fue a recibir la insignia que le acreditaba como miembro de la Academia Alfonso X el Sabio se negó a desnudar la solapa de su chaqueta, a quitar el corazón azul que luce siempre allí; hubo que buscarle un acomodo distinto a la insignia académica, porque el corazón no iba a salir del ojal, corazón azul y de oro, como el del propio Castillo-Navarro.
José María, amigo, Presidente eterno del Paso Azul, Procesionista con mayúsculas, enhorabuena de parte de todos tus azules. Que nuestra madre la Virgen de los Dolores siga dándote aliento en los momentos difíciles, y ya sabes que tienes en los azules a tus hijos y herederos del magisterio humano que, ojalá, no dejes nunca de impartirnos.
José Antonio Ruiz Sánchez es presidente del Paso Azul
Fuente: La Verdad