Emocionante y popular encuentro rabalero

La Virgen de Soledad sufría anoche al ver a su hijo atado a la columna mientras de sus heridas abiertas brotaba la sangre. Sus ojos aparecían llenos de lágrimas. Lágrimas que derramaba mientras su hijo era portado en la cruz. Sus manos entrelazadas y su cabeza inclinada parecían pedir clemencia. La escena volvió a repetirse anoche en el ‘encuentro rabalero’ teniendo como testigo a la Plaza de La Estrella que aparecía abarrotada de público. Un público que no dudó en aplaudir el cruce de los tres tronos de las imágenes titulares de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre.
La talla del Señor de la Penitencia partió de la carpa instalada a las afueras de la iglesia de San Cristóbal, cerrada tras los terremotos por los daños que presenta. Del mismo lugar también salió la Santísima Virgen de la Soledad. Juntos se dirigieron hasta la Plaza de La Estrella. El Santísimo Cristo de la Sangre fue procesionado desde la iglesia de San Diego, donde llegó a primeras horas de la tarde.
Más de 300 costaleros portaron a hombros a los tres titulares del Paso Encarnado en la procesión del encuentro que se ha convertido en cita obligada de la Semana Santa lorquina. El cruce entre las tres imágenes emocionó a todos y más recordando que el año anterior se suspendió la procesión de la madrugada del Viernes Santo debido a la intensa lluvia que caía.
Ayer, los encarnados estuvieron pendientes todo el día del cielo, ya que a la hora prevista para hacer el traslado del Cristo de la Sangre cayó una fuerte tormenta que retrasó su salida.
Poco después, emprendió el camino, mientras el Señor de la Penitencia y la Soledad eran entronizados en San Cristóbal.

Fuente: La Verdad