Entrevista a Enrique Joaquín Ruiz López – Candidato a presidente del paso blanco

Hay que rentabilizar los recursos existentes y buscar otros nuevos e incrementar el número de blancos

Enrique Joaquín Ruiz López tiene 35 años, está casado y es empresario. Responde así a las preguntas:

1.- En primer lugar mi propia ilusión por aportar al Paso Blanco
mis ideas y las de todo un equipo que comparte conmigo esa misma
ilusión. Este no es el proyecto de una sola persona, sino el de muchos
blancos que han aportado inquietudes, sugerencias, y que confían en que
los puedo liderar.

2.-Los blancos siempre son blancos. Independientemente de los
resultados sé que el día 16 de junio todos estaremos empujando en la
misma dirección, cada uno en la parcela que el nuevo presidente le
confíe y con el grado de responsabilidad que su confianza deposite en
cada blanco de los que han apoyado una u otra candidatura. El hecho de
que distintas personas, con diferentes ideas, quieran presidir el Paso
lo que indica es que somos un colectivo vivo, con ilusión, y por lo
tanto con futuro.

3.- El apartado prioritario debe ser siempre la procesión en toda
su complejidad, desde los pequeños detalles a las grandes realizaciones
que contempla mi programa, sin perder de vista en ningún momento que la
culminación de nuestra procesión es la Santísima Virgen de la Amargura,
y que todo nuestro cortejo gira en torno y en función de ella.

En segundo lugar pretendo sacar más partido de la estructura y
organigrama del Paso, para rentabilizar los recursos existentes y
obtener otros nuevos, a la vez que se puede incrementar el número de
blancos, de todas las edades y de los dos sexos, vinculados a la
cofradía mediante la potenciación de las distintas comisiones y grupos
de trabajo.

La tercera clave de mi programa se refiere a las infraestructuras
que el Paso precisa para continuar creciendo, una lección muy
importante que hemos aprendido de presidentes anteriores. Necesitamos
ampliar el número y reformar nuestros locales, caso de la nave de la
Velica o la Casa del Paso. En esta línea se enmarcan actuaciones como
la adquisición de una nueva nave para la conservación de las grandes
carrozas y el apoyo incondicional a la Fundación Santo Domingo para la
rápida conclusión de las obras de la Salle.

4.- No se trata de eliminar, si no de repartir mejor. El Paso
Blanco pone en carrera el Viernes Santo la mayor procesión de todas las
cofradías lorquinas, pero hay que tender a cuatro grandes procesiones,
cada una con una personalidad definida. En consecuencia, a corto plazo
hay que aportar esos elementos distintivos que marquen diferencias en
cada procesión: habrá personajes concretos de cada procesión y otros
que no desfilen siempre de la misma manera. Y no podemos olvidar las
procesiones mal llamadas menores, que no transcurren por la carrera
principal, en las que el Paso Blanco también tiene la obligación moral
con todos los blancos y blancas de desfilar siempre lo mejor posible, y
muy especialmente en la procesión del Miércoles Santo, que desde sus
inicios ha crecido de forma espectacular y hay que enriquecer con
elementos propios.

5.- Dentro del concepto que yo tengo de lo que debe ser el
organigrama del Paso, una pieza fundamental es la potenciación y
desarrollo en toda su plenitud de la Comisión de Formación. Con ella
pretendo formar a los jóvenes en las tareas organizativas y de
responsabilidad del Paso aprovechando la experiencia de las personas
que vienen desempeñando estas tareas. Soy consciente de la ilusión de
los jóvenes, yo mismo supero por meses la edad mínima para presidir el
Paso y comparto esa misma ilusión, pero cuando un joven se acerca al
Paso hay que darle algo que hacer y enseñarle la forma de hacerlo.

6.- Totalmente; y vuelvo a retomar el tema de la importancia de las
infraestructuras con vistas al futuro desarrollo de la cofradía. Como
afirmo en mi programa, el Paso ha de ser el hogar común de todos los
blancos y blancas, el punto de encuentro donde mantener todo el año
encendida la llama de la Semana Santa. El lugar ideal para hacer
realidad esta ilusión es el antiguo colegio de la Salle.

7.- El mero hecho de establecer cuotas ya me parece una
discriminación, un límite a la valía de las personas de uno u otro
sexo. Repito que quiero a los/las mejores en cada puesto, y de eso
puedo dar ejemplo en mi propia empresa, donde muchas mujeres, más que
hombres, ocupan tareas de responsabilidad. Como se puede apreciar, soy
consciente del lugar que ocupa la mujer en la sociedad actual y actúo
en consecuencia en todos los ámbitos de la vida. Esa convicción se
reflejará también en los cuadros directivos del Paso Blanco.

Fuente: La Verdad / 08.06.08 – A. S./ Foto: Ruiz López en el exterior de Santo Domingo. / P. A.