Entrevista a Ramón Mateo Paredes. Presidente del paso Blanco

A pocos días de abandonar la presidencia de la cofradía más antigua de
la Semana Santa de Lorca, tras siete años al frente de la misma, Ramón
Mateo Paredes, médico de profesión y blanco con pasión, cree que ha
llegado el momento de devolver a la familia el tiempo que la tarea de
dirigir a los blancos le ha absorbido en estos años.

¯¿Qué herencia deja a su sucesor?

¯Creo que más que una herencia, lo que entregaré a quien decidan
los blancos, es la inercia que se ha generado en la cofradía en los
últimos 25 años y que nos hemos ido pasando los sucesivos presidentes.
Es una mayor perfección en todo, mejores bordados, mejor procesión,
mayor participación dentro de la cofradía… Será como un testigo que
yo recibí y he intentado enriquecer.

¯Pero ahora el Paso Blanco se enfrenta a una disyuntiva a la hora de elegir presidente, ¿cómo lo ve?

¯Tengo que recordar que no es la primera vez que hay varios
candidatos, aunque todavía no se han materializado esas candidaturas.
Cuando Agustín Aragón optó al cargo también hubo que celebrar
elecciones porque hubo un segundo candidato. En todo caso al frente del
Paso estará la persona que los blancos elijan, y el cofrade que reúna
los requisitos que marcan los estatutos tiene derecho a presentar su
candidatura. Y como el número de mayordomos ha crecido de forma
sustancial, la mayoría decidirá. Como ejemplo de lo que antes indicaba
sobre mayor participación, recuerdo que cuando Agustín Aragón se hizo
cargo del Paso había 400 mayordomos. A mí me lo pasó con más de 700 y
ahora lo entrego con cerca de 1.300. Todos ellos tienen derecho a
elegir al presidente.

¯Usted ha disfrutado de un año más de lo previsto, tras la
modificación de los estatutos. ¿Cual fue la justificación de ese cambio?

¯Ya se explicó en su momento, hace un año, precisamente, pero
vuelvo sobre ello. El nuevo trono de la Virgen de la Amargura estaba
sin terminar y los blancos entendieron que debía estrenarlo el
presidente que lo inició. Y yo aquello lo agradecí profundamente y me
siento plenamente satisfecho. Poder ver el trono con la Virgen de la
Amargura en procesión ha sido para mi un regalo que los blancos me han
hecho. nunca imaginé que lo conseguiría. La gran satisfacción de mi
paso por la presidencia ha sido esa iniciativa, codo a codo con la
presidenta del Coro, María Luisa Martínez, la persona ideal para
llevarla a cabo.

¯Si le parece hagamos un repaso de su trayectoria en la presidencia. Globalmente, ¿cómo la calificaría?

¯No creo que deba ser yo quien juzgue mi labor en el Paso Blanco.
Si le puedo decir que me siento plenamente satisfecho porque al llegar
a la presidencia lo hice con un proyecto y una ilusión. El proyecto no
era otro sino la recuperación del grupo asirio babilónico, el Nabuco,
que llevaba muchos fuera de la procesión y y estaba prácticamente
perdido. Creía que era fundamental en el conjunto de la visión del
cortejo blanco.

¯¿Y lo consiguió?

¯Casi todo. Se hicieron los nuevos Esther y Asuero y todo el grupo
a pie al que sumamos después la gran carroza que representa una de las
puertas de entrada a la antigua Babilonia. Pero el ritmo de las
novedades hubo que adaptarlo a las prioridades de la cofradía en cuanto
a los bordados. Antes hubo que terminar los mayordomos de la Virgen que
estaban en el taller cuando llegué a la presidencia, y lo hice en
estrecha colaboración con el Coro uso que la iniciativa era de las
damas.

¯De esa primera etapa, ¿algún recuerdo especial?

¯Con muchísimo cariño recuerdo el estreno del trono en andas de la
Santa Mujer Verónica, a hombros exclusivamente de mujeres, que fue la
gran novedad, desde mi punto de vista, de la procesión en aquella
Semana Santa. Otro hecho entrañable para mi en ese primer año fue las
renovación del grupo pode los cuatro Jinetes del Apocalipsis, que lo
necesitaban a ojos vista. La solución fue hacerlo todo nuevo pero
conservando los medallones bordados en sedas que eran una obra de
Manuel Muñoz Barberán.

¯Por lo que veo, poco a poco usted fue sacando adelante sus planes, pero ¿no se le ha quedado nada en proyecto?

¯Una cofradía como la nuestra es un saco sin fondo que continuamete
necesita irse renovando en muchos de los elementos que integran la
procesión. Y eso hay que hacerlo al mismo tiempo que las grandes
realizaciones. El Nabuco nos llevó cuatro años de trabajo intenso y no
se ha hecho la caballería. Y me hubiera ilusionado, pero existen
limitaciones y prioridades. Creo que lo primero es renovar lo
imprescindible sin alargar innecesariamente la procesión. El año
pasado, aunque no se pudo estrenar por la lluvia, hicimos el nuevo
carro, manto y grupo a pie de Salomón. El criterio fue renovarlo en su
totalidad y adaptarlo al espacio físico actual de la procesión, pero
manteniendo la idea original, por eso se parece tanto al primitivo.

¯¿Cómo está la economía del Paso Blanco?

¯Afortunadamente creo oque en el aspecto económico estamos viviendo
una época dulce, aunque nunca se tiene todo el dinero que nos gustaría.
Recuerdo otras épocas de fuertes limitaciones económicas, pero entiendo
que ya quedan lejos. Es absurdo pensar que un presidente lo sea para
poner dinero para la marcha de la cofradía. Las economía de nuestro
Paso es mucho mejor y eso es palpable, sin que signifique que nadamos
en la abundancia. En mi caso, y hace unos días se aprobaron las
cuentas, dejo al Paso Blanco sin una deuda y con un superávit de unos
23.000 euros.

¯Entre los mayordomos que son los que eligen al presidente creo que
hay bastantes mujeres. ¿Ve usted a alguna de ellas al frente del Paso
Blanco?

¯Efectivamente, estimo que entre el 20 y el 30 por ciento de
nuestros mayordomos son mujeres. Están la mayoría de las que pertenecen
al Coro de la Amargura y están todas las portapasos. Estas últimas
porque esa es una de las condiciones que se les exige. La presencia
femenina cada día es mayor y más influyente y estoy convencido de que,
antes o después, habrá una mujer al frente de nuestra cofradía.

¯Dentro de unos días la cofradía tendrá nuevo presidente, ¿le transmitirá alguna recomendación?.

¯A mi sucesor me gustaría decirle que piense siempre que el
presidente está al servicio del Paso Blanco, y que es presidente de
todos los blancos, por lo que tiene que poner un especial interés en lo
que yo llamaría crear un ambiente adecuado para que todos nos sintamos
a gusto en la cofradía.

Fuente: LaVerdad.es / 01.06.08 – A. S.