El Perdón presidió la procesión del Jueves Santo en la que faltaron los tronos de la Piedad y el Calvario

Llovió ayer tarde en la ciudad y entre los más preocupados el Paso Morado que resguardaba sus tronos bajo una carpa frente a la iglesia del Carmen. Sin embargo, el cielo se abrió y hasta el sol lució en las horas previas al desfile de Jueves Santo que presidió la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón.
Un auténtico alarde de barroquismo se vivió en la noche de ayer con el desfile del trono de la ‘Santa Cena’, con tallas de Nicolás Salzillo y Carrillo; el Cristo del Perdón, de Roque López; y el Cristo de la Misericordia, portado por los 33 Hermanos del Socorro; todos ellos del Paso Morado. El cortejo barroco también contó con el trono de la Coronación de Espinas, del imaginero José Antonio Navarro, que puso en procesión el Paso Azul. Y el Cristo del Rescate, de Sánchez Lozano; y la Oración en el Huerto, de José Hernández Navarro, del Paso Blanco.
Ningún estreno en el Paso Morado, todo lo contrario, faltaron el trono de la Santísima Virgen de la Piedad, titular de la cofradía, y el del Calvario, con el Santísimo Cristo del Consuelo, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Tampoco se pudo ver el estandarte de la titular del Paso Morado, que sufre importantes daños tras la tromba que el pasado año sorprendió a la cofradía cuando regresaba a su templo en la madrugada del Jueves Santo.
El público se emocionó y aplaudió el paso de los morados, conocedor del gran esfuerzo que este año han tenido que hacer para estar en procesión. Junto a ellos, no faltaron el resto de cofradías, algunas de ellas participaron solo con los estandartes de sus titulares y su bandera. Blancos y azules rivalizaron en lo que se considera un ensayo, preámbulo de la procesión de Viernes Santo. Carrozas, carros y cabalgaduras pusieron al público en pie que enfervorizado animó a su cofradía y que gritó sus colores como si de una guerra se tratara. De nuevo, Lorca fue blanca y azul.

Fuente: La Verdad